Medición de fuerzas
Sin Retorno

Medición de fuerzas 15 de junio de 2025

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

Habida cuenta que en la elección judicial la mayoría de los votantes le dieron un rotundo mentís a reforma tan novedosa, en algo así como «esa es una bronca de ustedes, ahí resuélvanla»; la designación de los juzgadores en Chihuahua, federales y locales, fue resuelta, efectivamente, por las cúpulas partidistas y del poder público existentes en la entidad.

Y mostraron -las fuerzas políticas- dos de sus principales características: El infinito pragmatismo y su extrema vocación por el poder.

Además, exhibieron, no sin querer, sino afinando todos sus mecanismos, la capacidad operativa, de movilización y de convencimiento entre sus seguidores y electorado, que no es lo mismo y eso es lo que mostró palmariamente la elección judicial.

«La elección (judicial en Chihuahua) funcionó de manera corporativa. Es un corporativismo que tiene una lógica partidaria, evidentemente partidaria, partidista y gubernamental. En lo local específicamente llama mucho la atención que Morena no haya podido, como se va viendo en los resultados, meter gente de la que estuvieron manejando en sus acordeones”, dijo Leonardo Meza Jara, analista político y maestro investigador de la Universidad Pedagógica Nacional-Chihuahua».

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Sí, en Chihuahua, moviéndose con todas sus capacidades, los dos bloques realmente existentes, por un lado PAN, PRI Y MC y por el otro, MORENA, PT Y PVEM, (aunque transitoriamente por alguna razón los dos últimos aparezcan en algunas votaciones legislativas y otras acciones, igualmente impregnados de inmenso pragmatismo, finalmente, en la elección del ’27 se alinearán al morenismo) solo fueron capaces de ‘convencer’ de ir a votar al 11% del electorado.

No ocurrirá lo mismo en las próximas elecciones pues ahí regresaremos a los niveles de entre el 40 y el 50% de participación electoral, por la aparición del electorado de cada una de las fuerzas y de otra parte de éste (seguramente en menor proporción que aquel) que votará por las candidaturas de cada una y su desempeño en las campañas.

A medida que pasan los días y se afinan los análisis, va quedando en el ambiente político de los dos bloques que, quizá hubo, factor que prevaleció y llevó al bloque gobernante en Chihuahua a ganar la mayoría de los espacios en los dos ámbitos, federal y el local: La dispersión de esfuerzos y objetivos de las corrientes estatales del morenismo y la mayor cohesión de las del prianismo.

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Sí, porque -presuntamente- los grupos alineados alrededor de la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel; los de alrededor de la dupla Andrea Chávez-Juan Carlos Loera y los agrupados en torno al alcalde juarense, Cruz Pérez Cuéllar, actuaron con el mayor pragmatismo, impulsaron en sus ‘acordeones’ propios a los candidatos de su preferencia; se aliaron en distintos modos y lugares con el prianismo y éste, a su vez, aprovechó todos esos enroques y alianzas parciales para obtener el objetivo principal de Palacio de Gobierno, la mayoría de los magistrados del Tribunal Superior de Justicia.

Y como postre, un sinnúmero de juzgados, tanto locales como federales.

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A cambio, el morenismo obtuvo, en Chihuahua, el total de los objetivos que la dirigencia nacional y la presidencia de la república les marcó: Todos los ministros de la Corte, del Tribunal Electoral y del Tribunal de Disciplina Judicial, pero muy pocos espacios ocupados por los suyos en el ámbito estatal.

Así, de los 311 mil chihuahuenses que votaron ¿Cuántos lo harían motivados por las redes del pianismo y cuantos del morenismo?

Uno podría concluir que por mitad, si se toman como referencia los votos ganados para el Poder Judicial Federal (PJF), pero al evaluar los obtenidos para las instancias locales, lo más fácil sería decir que fueron las fuerzas del ámbito estatal del prianismo las mayoritarias.

Sólo estudios más puntillosos, con el tiempo para estudiar la elección, podrán demostrar quién fue capaz de llevar más personas, influidas por sus acordeones a votar el pasado 1 de junio; sin embargo, hay un hecho incontrastable:

La movilización de las bases territoriales, laborales, de simpatía política, que pueden efectuar estos dos bloques en Chihuahua, es un poco mayor a los 300 mil y, que dependerá de la presencia de los candidatos, del entusiasmo y, cosa no menor, del financiamiento que tengan en aquel año para hacer la movilización político electoral, necesaria en cada una de las disputas a celebrar, en el ámbito estatal, legislativo local, de las diputaciones federales, de las sindicaturas y la gubernatura del Estado.

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A juzgar por los resultados de la pasada elección enfrentaremos una contienda en la que la movilización a través de las estructuras gubernamentales, por supuesto, encubierta, será la base -como siempre- de los triunfos que obtengan.

¡A lo que llegamos, -gracias a esta reforma del Poder Judicial ‘que quería el pueblo bueno y sabio’- al reparto de cargos judiciales, directo, sin reparos y sin el menor asomo de recato político; efectuado, sin distinción, por quienes nos gobiernan, por todos los que nos gobiernan!

Por supuesto que hay distintas responsabilidades: La mayor, sin duda, recae en quienes conforman la nueva fuerza hegemónica en el país, que están diseñando una nueva realidad institucional, al gusto de su líder moral, sin discusión, sin análisis de hacia donde nos llevan; y por la otra, la de la fuerza gobernante local, la que, también pragmáticamente, resolvió actuar en el sentido que lo decía el brillante escritor y periodista zacatecano, Don Tomás Mojarro: «De lo perdido, lo que aparezca».

Por los resultados en todo el país, eso hicieron los partidos de la oposición, se acomodaron, pactaron con el morenaje en todas las latitudes; obtuvieron algo en cada caso, a cambio de concederles a los morenistas los triunfos que éstos querían en el ámbito nacional.

Pero lo obtenido por el panismo local rebasa todas las expectativas de la mayor parte de la base morenista, se ‘quedó’ con una inmensa mayoría de magistrados, si bien no militantes de su partido, sí cercanos políticamente.

«De acuerdo con los cómputos distritales realizados por el Instituto Nacional Electoral… el PRIAN habría logrado colocar como ganadores a 14 aspirantes a magistrados de circuito y jueces de distrito, cinco de ellos en conjunto con acordeones atribuidos a operadores del Bienestar«. (Nota de Roberto Piñón, El Diario de Chihuahua, 12/6/25).

De acuerdo con los cálculos de El Diario, en los juzgados de distrito y magistraturas de circuito (PJF), «cuatro aspirantes asociados a listados del Bienestar habrían obtenido el triunfo en el primero de estos puestos, y seis en el segundo; seis de dichos candidatos también aparecen en listados atribuidos al PRIAN y a operadores del Municipio de Juárez«. (Ibídem).

Además, el prianismo obtuvo mayoría en el Tribunal de Disciplina Judicial estatal, el órgano de control de todos los juzgadores locales.

«Francisco Javier Acosta Molina será quien ocupe la presidencia del Tribunal de Disciplina durante los próximos dos años. Acosta Molina fue consejero jurídico del Gobierno del Estado desde el inicio de la gestión de Campos Galván, en septiembre de 2021. En julio de 2022 fue nombrado representante del Poder Legislativo en el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial Estatal. De acuerdo con el Registro Nacional de Militantes del PAN, está afiliado al partido desde el 6 de noviembre de 2019». (Ibídem).

Integra, también, ese organismo, Jazmín Yadira Alanís Reza, actual titular del Órgano Interno de Control de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH). Fue la titular de la Secretaría de la Función Pública del Gobierno de Chihuahua en el gobierno de Javier Corral.

Mayor contradicción no puede haber: Apareció en el acordeón distribuido presuntamente por Morena, a pesar de haber formado parte del grupo que promovió la controversia constitucional para impedir la distribución de libros de texto en el Estado de Chihuahua, tema que fue combatido tenazmente por el morenismo local y el magisterial independiente.

Ni Duarte, vamos, ni siquiera el neo-morenista Javier Corral lograron lo que Maru así alcanzó, gracias a la reforma Judicial y a los devaneos, plenos de ambición política -claro, que eso también califica para el prianismo- de sus dirigentes.

La elección judicial en Chihuahua, por los resultados, le sirvió a ambas fuerzas políticas, sobre todo al prianismo, como una especie de experimento de lo que deberán hacer en el ’27 y mostró lo que los resultados de las elecciones del 2018, 2021 y 2024 habían arrojado: Una gran paridad.

Será una elección extremadamente competida (a menos que alguna de las dos cometan errores inconmensurables o que el gobierno de la república los cometa, o la gobernadora).

Para ello, tómense como una parte de ese ejercicio, los resultados de la elección de ministros de la Corte en la entidad.

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En Chihuahua, el nuevo presidente de la SCJN, Hugo Aguilar, obtuvo 67 mil votos en Juárez, 34 mil 800 en Chihuahua, 15 mil en Delicias, 11 mil en Cuauhtémoc y 15 mil en Parral.

En total, 142 mil 700 votos. Menos de la mitad de los votantes chihuahuenses.

El dato llamativo es que, como pocas veces en una elección en Juárez, los impulsados por el gobierno federal, obtienen el doble de la votación de Chihuahua, ya que lo común es que, merced al abstencionismo prevaleciente en Juárez, no ocurra así, a pesar de que la población juarense representa el doble de la de la capital.

En el distrito judicial federal de Chihuahua votó el 10.3%; en cambio, en el de Juárez, ascendió al 14.95%.

Hasta antes de la elección, la mayor parte de las reflexiones de los críticos y la oposición era que la campaña para desacreditar al Poder Judicial y sustentar la necesidad de la elección había sido ‘maquiavélicamente’ perfecta, porque, se pensaba, que había logrado vincular en el ánimo de la población la inseguridad y la falta de acceso a la justicia, con el Poder Judicial.

Los bajísimos niveles de participación echaron por tierra tales argumentaciones y las dejó en el ámbito de la cúpula morenista y su capacidad operativa “mapachera”, porque no fue el pueblo ‘bueno y sabio’ el que ratificó aquel aserto.

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Columna de Plata de la Asociación de Periodistas de Cd. Juárez (APCJ)

2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario