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Paz y civilización, que haya solución

Paz y civilización, que haya solución 2 de abril de 2023

Gerardo Arturo Limón Domínguez

Chihuahua, Chih.

Uno debe creer en la paz y denodadamente trabajar por ella, debe saber buscarla en principio en el interior de su propio ser y cuando sienta que ya la tiene para sí, ha de actuar con la mística del devoto labriego, aquel que envía la semilla, cual si fuera una proclama, un exhorto por la paz, buscando llegue la civilidad a la tierra de la controversia y la lucha, que aun cuando parezca árida y poco receptiva, le habrá de permitir ver fructificar esa vida mejor, con la que todos soñamos.  

Así con esta sencilla declaración, estimo que se ha de buscar la realización de la vida para mejorarla sin más, sé que esto es difícil,  suponer que solo por pensarlo la podamos hacer posible, algunos dicen que…

LA PAZ  ES UNA UTOPÍA

Puede ser, de hecho hace milenios la paz es una quimera, su antítesis la guerra, ha tomado rostro de Cruzada, de exterminio y arrasamiento de los otros, cualquiera sea la justificación, por ello no hablaré de UCRANIA  Y SU ACTUAR PRO NAZI CONTRA EL DONBAS Y PRESTARSE SER LA BASE DESDE DONDE  LA OTAN Y OCCIDENTE  INTENTAN SOCAVAR A RUSIA, QUE CON SU OPERACIÓN ESPECIAL, HACE PRÁCTICA AQUELLA FRASE DE QUE SI "DESEAS LA PAZ PREPÁRATE PARA LA GUERRA" CON ARMAS HIPERSÓNICAS MEJOR.

NO HABLARÉ DE LA GRAN BATALLA QUE SE DA EN MÉXICO POR EL PODER ENTRE FACCIONES, LLAMADAS CONSERVADORAS Y LIBERALES, QUE SE ATACAN DESDE FLANCOS DIVERSOS SIN HABER APRENDIDO QUE EN EL SIGLO XIX LA MISMA ACCIÓN NOS LLEVÓ A VER CERCENADO HASTA EN UN 54% EL TERRITORIO NACIONAL, PERO AQUÍ SEGUIMOS PELEANDO POR LA NACIÓN QUE ES LA CASA COMÚN DE TODOS LOS MEXICANOS.

NI MUCHO MENOS QUIERO AHONDAR EN  LO QUE A TODOS DUELE ESTOS DÍAS, PERO QUE HEMOS VISTO INDIFERENTES POR DÉCADAS, LA MIGRACIÓN FORZADA POR LA EXPOLIACIÓN DE LOS PUEBLOS DE NUESTRA AMÉRICA, ARRASADOS POR UN CAPITALISMO VORAZ QUE DESDE EL NORTE AMA  A LOS PRODUCTOS Y LAS  MATERIAS PRIMAS DEL SUR, PERO  DESDEÑA A SUS HOMBRES Y MUJERES QUE ASPIRAN A RECUPERAR LA VIDA DIGNA QUE LES HAN ROBADO EN SUS LUGARES DE ORIGEN, DESDE EL BRAVO A LA PATAGONIA. 

CITANDO EL DOLOROSO CASO DE LA MUERTE DE MAS DE 40 MIGRANTES, PORQUE YA HACE DÍAS REBASO LOS MANEJADOS 39 DE ORIGEN EN EL NEFANDO INCENDIO EN LA ESTACIÓN MIGRATORIA DE CIUDAD JUÁREZ, EL CUAL ES UN BOTÓN DE DOLOR Y TRISTEZA PARA TODOS, LOS QUE PUDIENDO HACER ALGO Y  NO LO HICIERON, ME REFIERO A TANTOS QUE HOY SE DESGARRAN LAS VESTIDURAS PERO QUE SE VOLTEAN DE LADO ANTE LAS REALIDADES COTIDIANAS DEL DESARRAIGO Y LA INJUSTICIA  Y LOS QUE NO HICIERON LO QUE ERA SU DEBER HACER PARA PROTEGER Y SALVAGUARDAR A QUIENES SE VEN OBLIGADOS A MIGRAR.

No, no abundaré en buscar culpables, solo deseo  sembrar una semilla de razón para buscar la paz y nada mejor a mi parecer que la reflexión profunda que nos diese el educador insigne que fue el maestro Jaime Torres Bodet,  un hombre en el Ser y el Hacer,  que con su genial poema de manera sencilla, nos dice todo y más si queremos regresar a LA PAZ.

 


CIVILIZACIÓN

 


Un hombre muere en mí siempre que un hombre

muere en cualquier lugar, asesinado

por el miedo y la prisa de otros hombres.

 


Un hombre como yo: durante meses

en las entrañas de una madre oculto;

nacido, como yo,

entre esperanzas y entre lágrimas,

y —como yo— feliz de haber sufrido,

triste de haber gozado,

hecho de sangre y sal y tiempo y sueño.

Un hombre que anheló ser más que un hombre

y que, de pronto, un día comprendió

el valor que tendría la existencia

si todos cuantos viven

fuesen, en realidad, hombres enhiestos,

capaces de legar sin amargura

lo que todos dejamos

a los próximos hombres:

el amor, las mujeres, los crepúsculos,

la luna, el mar, el sol, las sementeras,

el frío de la piña rebanada

sobre el plato de laca de un otoño,

el alba de unos ojos,

el litoral de una sonrisa

y, en todo lo que viene y lo que pasa,

el ansia de encontrar

la dimensión de una verdad completa.

Un hombre muere en mí siempre que en Asia,

o en la margen de un río

 


de África o de América,

o en el jardín de una ciudad de Europa,

una bala de hombre mata a un hombre.

Y su muerte deshace

todo lo que pensé haber levantado

en mí sobre sillares permanentes:

la confianza en mis héroes,

mi afición a callar bajo los pinos,

el orgullo que tuve de ser hombre

al oír —en Platón— morir a Sócrates,

y hasta el sabor del agua, y hasta el claro

júbilo de saber

que dos y dos son cuatro...

Porque de nuevo todo es puesto en duda,

todo

se interroga de nuevo

y deja mil preguntas sin respuesta

en la hora en que el hombre

penetra —a mano armada—

en la vida indefensa de otros hombres.

Súbitamente arteras,

las raíces del ser nos estrangulan.

Y nada está seguro de sí mismo

—ni en la semilla el germen,

ni en la aurora la alondra,

ni en la roca el diamante,

ni en la compacta oscuridad la estrella,

¡cuando hay hombres que amasan

el pan de su victoria

con el polvo sangriento de otros hombres!

 

COROLARIO

Sirva esta reflexión para acompañar a los deudos de los hermanos migrantes, y que encuentren la Paz por el camino de la Justicia, ese debe ser el objetivo.